jueves, 30 de junio de 2011

NO HACEN FALTA





 Grandes han sido las emociones gratas que el pueblo español ha experimentado desde el día 16 del pasado mes de febrero.  Los actos celebrados en Madrid y Barcelona culminan sobre todos los demás por su importancia numérica; pero la  nota más ejemplar y simpática ha sido que el orden, la corrección, el respeto estuvo en todo momento latente, sin necesidad de que lo guardase la fuerza uniformada.  Un día de asueto para la guardia civil, los de orden público, asalto,, etc. etc.

Tanto en la manifestación del 1 de marzo, en Madrid, como en Barcelona, han bastado unos cuantos muchachos y muchachas para que ordenasen el desarrollo del plan de los actos celebrados. Esto demostrará con evidencia meridiana a los gobernantes que se han adjudicado con afán de hipoteca el dictado de gentes de orden, que no hacen falta ni armados ni armamentos, cuando  el pueblo,compenetrado con sus gobernantes, se incorpora tranquila, solemnemente a la marcha progresiva de los pueblos civilizados.

¡Hermoso espectáculo, en verdad el de esas lindas catalanas, cogidas de la mano cual guirnalda de flores vivientes formando calle para que caminasen por ella los amnistiados de Cataluña!   Un corazón leal, enfervorizado por altísimo ideal de fraternidad, rinde más rebeldías que cien bocas de fusiles disparando balas.  Mientras la cordialidad humana establece lazos de paz y de convivencia, la fuerza somete encendiendo negros odios, que cuando se desbordan riegan de sangre la tierra generosa.

No hacen falta, no; demostrado queda en los dos actos solemnísimos de Madrid y Barcelona.
Somos los más decididos partidarios de la paz. En Ateca, el mismo día de las elecciones,  cuando las urnas dieron su mayoría grandiosa al Frente Popular de izquierdas, aparecieron por las esquinas unos carteles que decían: "¡Republicanos! ¡Socialistas! Celebremos el triunfo pero respetemos  a los vencidos".  Y esto lo hace un pueblo que supo de los propósitos sañudos del adversario contra numerosos elementos destacados de las organizaciones socialistas y republicanas para el caso de su triunfo.

Pero este respeto no implica olvido. Sabemos quiénes han dispuesto persecuciones, delaciones calumniosas, viles anónimos contra muy queridos compañeros nuestros.  Sabemos que cierto gusano de torva mirada, prevalido de su investidura de autoridad, secundó miserables propósitos de cierto mediquillo y sus secuaces.  Sabemos que un degenerado sifilítico, que detento cargo público, se convirtió en confidente de la guardia civil, llevándole, a través de su cretino entendimiento y criminal propósito, los infundios más calumniosos, las más absurdas confidencias, ¿Y qué? La razón, la verdad, se abren paso por sí solas. La decencia no necesita ampararse en gentes de uniforme y armas mortíferas. No las necesitamos para nada.

José Cansado.  Secretario de la U.G.T.,  Ateca 4 de Marzo de 1936
Publicado Vida nueva 237 del 7 de Marzo de 1936

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