La abuela, una madre coraje como tantas en aquellos tiempos, que lucho por sus hijos y jamás a nosotros sus nietos nos dijo nada de su sufrimiento.
Recuerdos de cariño para ella, las tardes de domingo jugando con mis primos en su casa, viendo Rin-Tin-Tin, o Bronco, aquellas películas de los años 50 y 60, las nochebuenas en que nos juntábamos todos después de la cena.... las siestas a la fresca debajo de las higueras.
Recuerdos de cariño de la infancia, cuando la chiquillería correteábamos por la calle, con confianza, sin miedo, porque la abuela estaba cerca.
Ya hace tiempo, abuela que el abuelo y tu os habéis encontrado, quiera Dios que pronto en la tierra podamos uniros también.
Os quiero.
Zaragoza, 18 de Julio de 2011
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